jueves, 3 de enero de 2013

Superémosnos

Pasan los años y el mundo no logra salir de este círculo vicioso llamado religión. Aunque, más bien somos nosotros mismos, y me incluyo por no "pecar" de altanería, los que nos frenamos en el proceso evolutivo. Quedarnos con las costumbres, con los dogmas, con una creencia hacia algo no demostrable que nos pone un yugo sobre el cuello y nos tapa los ojos, causa únicamente una autoesclavitud; es decir, creer en algo ciegamente conlleva que nadie se cuestione nada acerca de ello y, por consiguiente, nos arrodillamos ante algo que alguien inventó en el pasado, algo que, según lo escrito, marca nuestro camino, arrebatándonos hasta la opción de dirigir nuestras vidas hacia el camino que nosotros mismos decidamos.
Otro punto de discordia es el trato hacia la mujer que todas las religiones sostienen: es un ser maligno, corrupto y envenena al hombre, por lo que solo podrá tratarse como objeto de placer. ¿Es justo?, ¿es racional?, ¿es acaso propio de una sociedad del siglo XXI que siga existiendo estos pensamientos?
Para finalizar esta explosión de razonamientos que desde hace tiempo me planteo, me gustaría destacar el mayor problema que ha originado y aún origina la religión: los conflictos sociales. Todos conocemos el conflicto árabe-israelí o la matanza de cristianos en la antigua Roma. El fanatismo provocado por la religión, he aquí la semilla de un odio incontrolable entre seres humanos iguales, entre individuos idénticos en esencia pero separados por un abismo creado por la religión.
Con esto no pretendo ofender a nadie, solo plasmar mis inquietudes e intentar que ustedes, los lectores de este blog, reflexionéis y cuestionéis cada elemento que os rodea, que no os quedéis en la simplicidad e intentéis ver el mundo desde múltiples puntos de vista. Creo que ese es uno de los retos más difíciles de conseguir: despegar nuestras mentes de lo ya aceptado desde hace años y años, pero los retos existen para ser superados.

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