Aún recuerdo cuando te vi por primera vez: jersey azul, camisa celeste y pantalones claros. Así entraste en mi vida, pisando fuerte, con gran estilo y con una mirada difícil de olvidar, terriblemente irresistible. Por un segundo, nuestras miradas se cruzaron y juro que nunca antes había sentido como cada una de las células de mi cuerpo cobraba vida hasta ese mismo momento. Tal vez fuese casualidad o una recompensa por todos los daños colaterales de mis antiguos enamoramientos enviada por el destino, pero fuese lo que fuese tengo claro una cosa: tengo que intentarlo contigo, porque fue un flechazo en toda regla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario