viernes, 13 de junio de 2014

No despertar

El ojo es engañado por el dolor.
Una muerte súbita diseca la flor y no hay rastro
ni semilla
Pulverizado el cuerpo en un tallo niño.
Queremos ser la cruz
los clavos
las espinas
pero las aves alejan el deseo en su viaje hacia África;
hace frío,
aún,
dentro de nuestros pistilos.
Las alas ya congeladas en una tumba
que no guarda nuestros nombres.

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