miércoles, 16 de abril de 2014

Once upon a time...

Confundir la visión con el tacto en el juego
de la pelota contra el frontón del azul cielo.
Sumergir la mano en el ojo y cubrirla
humus y alma, brillando toda
en la noche del parque del banco de la rosa.
Yo tengo que acariciarla.
Acariciar la pelota que gira hacia
mí su pecho, rojo espuma
dedal embotellado colgando del cuello.
Confundí mi sombra con la de aquella otra,
la niña, sus pies me sangraron.

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