Ojalá el aire se condensara alrededor de las pupilas
para cubrir el cielo con miedo
y no despertar en él.
Contemplarlo ajeno, tardío,
como al amor;
fuera de mí.
Que sea de otros y no sombra,
ni escudo,
ni Palabra.
Que descomponga la tierra
y salgan las larvas huérfanas llorándole a la noche
fría e indolora.
Solo acaricio temblor.
Estoy cansada.
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