domingo, 24 de febrero de 2013

La mariposa.

Mariposa que elevas tus alas al viento, dime dónde escondes tus sueños. Quiero ser color de primavera que ilumine la soledad de mi alma. Quiero subir a la cima del cielo y observar cómo todo se hunde en un mar de deseos.
Mariposa que has sido pincelada por Dios, enséñame a posarme en las flores sin hacer el más mínimo esfuerzo. Desentraña los secretos que escondes en tu pequeño cuerpo. Hazme partícipe de tu juego de niños, de tu aleteo débil y constante que lucha contra el destino.
Breve vida que posees, intensidad con la que trazas arcos en la naturaleza. Belleza efímera que ha sido arrojada a este mundo de soles eternos.
Con tu zumbido de tímida fortaleza vas despertando del estupor a los diminutos lirios que puntean el prado.
Tú, mariposa, que tanto eres necesaria, ¿a dónde irás con el fin de la aurora?

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