lunes, 25 de febrero de 2013

Perdición.

Ojos con complejo de labios te devoran. Chispa del incendio de mis deseos eres. Callejón sin salida de mis más turbadoras fantasías.
Desde que cruzaste mi pecho, atravesándolo con destreza de espadachín certero, las mariposas no han dejado de carcomer mis entrañas. Entrada y salida de diminutas perlas desprendidas de mis pestañas.
Envuelta en llamas a cada instante que tú me pronuncias, temblando como los delicados copos de nieve entre la blancura de tu ser. Nada ni nadie se iguala a tu belleza; nada ni nadie te ama como yo te deseo.
Exaltación de lo fenomenal, luto por la cruz a la que tu me maniataste. Presa de un hombre labrado por los mismos creadores del Universo.
Serpiente cuya manzana yo no rechazo. Hipnotizante voz que susurra a mi corazón una canción letal.
Pasión a filo de cuchilla. Deseo a piel abierta.
Me dejo mecer por tus fuertes brazos, arrastrándome hasta el fondo de tus aguas hondas y oscuras.
Me llevan, sin importarme ya, a la perdición del más dulce de los pecados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario