viernes, 29 de noviembre de 2013

Armas de destrucción masiva.

Podría hablaros de secretos
que la tierra guarda bajo sus raíces
para renacer en otras bocas.

Secretos en formato milagro
que aparecen como de la nada
para llenar el todo con miradas de Luna llena.

Como las aves que calculan su ritmo
y se amalgaman con el chasquito del viento,
habló
y el existir cobró vida.

En el filo de los dedos
las hormigas se acurrucaban
de la intemperie revestida de olvidos
mientras el reloj nos miraba altivo,
desde su balcón de oportunidades rotas...
desde su ventana de negros atardeceres...

Podría barajar todas mis cartas ante tus manos
y perder siempre la partida,
o salir de mi círculo maldito
para desnudarme frente a ti...
para sudar menos miedos que quizás hay en una espina...

Un abrir de ojos que no cesa en su intensidad,
un vuelo que no se corta por el vértigo,
unos pasos que siguen surcando sus estelas
sin heridas que les griten
que es imposible.

Me gustaría ser más pájaro sin jaula
por si fueras a aparecer de nuevo
a pesar del mar de eternidades que nos separa...
por si quisieras querer más para huir nunca...

Podría leeros el libro de las escuchas al corazón
pero mi latir está ausente
como las rocas cuando las miras
las pisas
y sigues hacia delante,
o deshacer los lazos de mi espalda
para ensanchar mis alas muertas.

Pero los pasos se han truncado
y hace frío en mi pecho
ahora
que tus ojos minaron mi siempre
con armas de destrucción masiva.

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