sábado, 8 de febrero de 2014

Estetoscopio

Y entonces lo vi.
Vi el ardor nuestro entre esas fieras
que bailaban lejos.
Vi la ausencia llorando por ríos de tinta
y apoyar la cabeza en las sábanas ajenas.
Vi la cúpula azul cubierta de flores,
de flores azules,
camuflando la herida bajo espinas.
Ya era tarde para abrir al ayer por el centro,
sacar su corazón
e intentar consolarlo golpeándolo con la lengua.
Vi al Yo encerrado en vestidos de
vacío
de
ausencia
de
.
.
.

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