domingo, 23 de marzo de 2014

Antonimia

¿A qué mañana corresponden mis latidos?
Veo mi calavera en el agua del lavabo,
mirándome perdidos sus huesos tras el fino límite
de la humedad.
Se expanden las células.
Las noto descoser sus cabezas de mis órganos
y saltan;
saltan al vacío de mi sangre sin remedio.
Las células me hablan desde su hogar
incrustado ahora en un parasol negro
de mi cuello.
Así que tendré que vomitar
con el caos sujetando mi estómago
para que él no se rompa,
para aguantar una pulsación más.
Es el latido un dolor del alma
que muerde,

pero yo lo amo a pesar de sus puñales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario