Allí, tapada la cabeza con el brazo de la podredumbre
afectiva,
se esconde el hálito.
Busca, huele el campo, esnifa cada pétalo,
en cada amapola una huella eterna,
mancha el tallo con el barro,
hazlo sucio.
Has de encontrar tu Nombre.
Has de separar el Animal de ti.
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