jueves, 9 de enero de 2014

Sin piel suficiente.

Primero.
Un zumbido.
El ruido atroz de la ciudad sobre vientres de látex.
La separación definitiva de los cristales.
Espacios de alas derrotadas por el tiempo.
Amapolas.
De acuarelas las pupilas.
El agua, las ventanas.

Luego.
Inundación de vacío en el lóbulo frontal.
Sumidero de alfileres.
Crisálidas.
Se encienden.
Los animales.
Y todo parece ser el efecto de esperar:
lento el silencio que avanza por las tuberías,
hinchadas en besos de cloaca.

El moho.
El vaho.
Los labios encharcados de palabras huecas.
Como nosotros sin lluvia.
Mojados por dentro.
Las margaritas, mientras...
Los horizontes.
Los nombres.
Desnudos.
Desnudos asfixiantes.
No hay telón que nos resguarde de nuestros fantasmas.

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