miércoles, 24 de abril de 2013

Nosotros.

Infumables son los versos que mis dedos sangraron por tu eterno amor.
Mi voz se hizo un hueco en las barreras de tu pecho y destrozaron los surcos de cal que asfixiaban tu ser.
Imborrables son las caricias que en tu piel se dibujaban al desearla yo tanto. Con tanto anhelo.
Mis ojos surcaron tus horizontes más recónditos y desentrañaron lo bello bajo lo aparente.
Incontables fueron las veces que en tu voz se oyeron armonías propias de los mismos cielos.
Mi alma quedó doblegada a tu risa, a tu llanto, a tu mal y a tu bien, a tu encanto y a tu pecado.
Insaciable es este amor que nos consume.
Incontrolables son estas llamas que nos adentran en los secretos de un paraíso sin castigo.
Tú, yo, la nada, el todo. Nosotros, al fin y al cabo, nosotros.

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