lunes, 8 de septiembre de 2014

III.

Puedo verme entre las agujas de un corazón
abierto justo por el centro
La sangre es más oscura allí donde se ha amado
Aún recuerdo la arritmia del dolor
la pura carne saboreada por el lobo
la manada con sus dientes y sus manchas
Escucho desde la llama fría del olvido
el chasquido de las venas al explotar
hacia dentro,
como un pez sobrealimentado
como un pez burgués y sonrosado
que ceba a sus hijos para devorarlos
Fui en la herida y no cicatricé,
fracturé el sexo de mi madre,
deshice el amanecer con mi llanto
y aún así las agujas me señalan con ternura

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