martes, 9 de septiembre de 2014

IV.

Lloro la leche que nunca mamé
pues madre fue de tierra
y en la cuna un llanto sordo
de orquídeas y noche.
Me crié dentro de la flor huida
para conservar la raíz,
pero ahora me muerdo el interior
de los labios degustando la sangre
sin lactosa,
pura y extinta de lobos y parásitos.

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