lunes, 8 de septiembre de 2014

El alimento

Los ángeles oprimen mis pechos
-el metal y la espina a cada lado-
expandiéndose el vacío ante mi aura.
Dios aún no ha nacido
Se inclinan las aves hacia el estanque y beben
de la sangre pura de mi descanso.
Oliendo a cadáver feliz, alejada ya de las heces
y la Norma,
la tierra me recibe como la flor de agua.
Dios aún no ha llegado
Soy ceniza,
el eco de la extremaunción baila
                                            [las raíces
                                             el viento
                                             una cucaracha y sus larvas
todo entorno a mi espíritu en el terreno vivo.
Mi cuerpo es el alimento que os hará vivir.

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