lunes, 8 de septiembre de 2014

El desgarro de la especie humana

Imagínese un cielo negro abrazando su cuerpo
caliente como venas enamoradas de la noche.
¿Siente su hálito,
su temporalidad precipitada
hacia el despliegue de la carne?
Cántele al cielo mientras pulsa
la metralla del lobo
y bañe su corazón en ella.
Esas bombas allá comen carne de niño
en el parque de atracciones
en el jardín repleto de flores que
colocarán sobre sus lápidas.
Imagínese ahora un centenar de agujas
besando su estómago
y su madre llorándole a una cuna vacía,
meciendo la sangre y el llanto a partes iguales.
¿Siente su nombre-aullido-infierno
entre el fusil y el poder?
Abra los ojos y contemple la vaca muerta
el ídolo de sal
la tierra yerma,
y responda: ¿es usted la imagen y semejanza de Dios?

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