martes, 9 de septiembre de 2014

El sacrificio

Si no puedo llorarle a mi hambre
de amapolas y cristales serán mis ojos.
Todo océano de fuego
-el hogar sin calma
la vigilia de mi ser-
desaparecerá conmigo en el reflejo
de mi propio vientre.
Permitid el agua en mi boca
y yo os donaré mis órganos de tinta.

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