lunes, 8 de septiembre de 2014

Tras la infancia

¿Oyes los tambores allá en el horizonte?
¿Oyes en tu cabeza de fría oscuridad?
Vienen a por ti los niños,
vienen a beber de tu sangre porque mataste tu nombre
Quieren que pronuncies tu naturaleza,
colocar un caballo ante tus ojos
y que lo lamas con tu lengua
No olvides el Hogar, hermano
No dejes al azar la aurora porque no despertarás
con el cuello erguido
con el índice señalando
¿Oyes ya el canto que viaja por las caracolas?
¿Oyes ya mi molusco niño dañando mis venas?
Soy de agua negra, hermano
Yo soy en la penumbra tu espera y tu llanto
Recuerda al Padre,
el vencejo eterno sobre la noche

Tu muerte es un réquiem de arena.

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