lunes, 8 de septiembre de 2014

Diálogo contra uno

Para qué la sangre?
Por qué siento a este animal muerto
que son mis manos?
Escucha mi lamento, dime
si este el canto de sirena
si esta la anfetamina de mi vientre
que me despierta siempre con el color exacto
de un espejo llorado por la fruta, por la piel
Miro mis labios, están
anidando un aluvión de narcisos
y ya deserto de esta la cama sin dueño
que no me posee
pues es la sangre huérfana de mi huida

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