viernes, 20 de septiembre de 2013

Látigos a nombre de...

Una cruz se invierte
sobre las llanuras de cal,
derramadas todas
por ojos sin retorno.
En los campos quemados
por el frío de voces acuchilladas,
habita el insomnio de soles
que no lloran ya.
Aún resplandecen las espadas
en la memoria de una paz
mermada por titiriteros
sin hilos que manejar.
Relinchan los caballos
con el retumbar de ecos embotellados
por manos alineadas
en saliva tóxica.
El discurso de Dios
hunde su frente interrumpido,
cuando los cascos
desatan la reacción
ante el ataque
contra las entrañas
de la Tierra.

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