lunes, 2 de septiembre de 2013

Pasión trémula

A paso largo y estrepitoso van los jinetes
galopando río abajo
por el agua de travesía lunar.
Trotando por los cristales congelados
de la hierba seca,
prendidos sus ropajes de amarillos
por sombras de labios viperinos.
Van los caballos con espuelas
en el espinar
como espigas ineptas
que solo saben taladrar.
Brama la lechuza en sus patas
con ojos de pasado en escombro
y plumas cosidas con gajos de llamaradas.
Palpitando en sus manos
las riendas,
garganta abajo
va la sangre abriendo paso.
De rojo se tiñen las venas etéreas
con herraduras de plata fundida,
forjando laberintos de metal
y lenguas tatuadas con arabescos.
A paso largo y estrepitoso van los jinetes
galopando por el cuerpo erguido
sobre vapor de deseo.
Se adentra la luz en la caverna
y despedaza reflejos de arena.
Lujuría de pecho fluorescente
donde emana vino de escarcha
de poros polvorientos
encerrados en ataúdes de nácar.
Se derrite el perfume de las sombras
en licor de manzana.
Libertinaje envuelto en encajes
y volantes como lagos
de hondas profundidades.
Chapotean a la deriva,
espuma de blanco nuclear,
oraciones de manos
que no recuerdan nadar.
Baila la aurora sobre cortinas de humo
mientras que la noche huye cabalgando
entre el cielo y las aguas.
Las camas se tumban tostadas boca arriba
con piel vertical
y claveles en los párpados.
Se empapan las patas un par
de gatos
con la saliva de los peces
escamas
color ensueño.

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