viernes, 30 de agosto de 2013

Ceguera momentánea

Espasmos de metacrilato
nacen de tus uñas
cuando arañan los espejos
que te reflejan
con filtros.
Gamas que se te columpian
del cabello
y degradan la lumínica
sonrisa
de vapor concentrado.
Una película semitransparente
envuelve tu esencia
y la empequeñece en
partículas
flotantes.
En suspensión por las
corrientes
de aire contaminado
cabalgan los átomos
que liberas de tus manos,
y en punta
se tornan tus células
cuando las aprietas.
Jugo gástrico
con empeño de extinguirse
cruzando las calles
en semáforo rojo,
ese es tu escudo.
Promesas de humo
se escapan de tus labios
y se asfixian tus ojos
con la densidad de los
fracasos.
"Ceguera momentánea provocada
por el virus de un
autoanálisis
con saña",
dijo su autoestima
mientras su corazón
se precipitaba a las cañerías
tras haber tirado
de la cisterna.

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