sábado, 24 de agosto de 2013

Poeta

Le va haciendo el amor
a los cigarrillos
en cada calada
entre esos labios
a punto de estallar
en mil besos.
En sus dedos,
francotiradores de poemas,
un orgasmo de humo
se lanza
de bruces
fuera de su garganta
creando círculos atravesados
por el aire en llamas.
Es magnética
la forma en la que va lanzando
miradas,
sin tregua,
a la gente que lo rodea
como si quisiera
hipnotizar
cobras.
Cuando su voz
se atreve a tocar
sus cuerdas.
Cuando su voz
se baña
desnuda
con peces
de escamas
cometas.
Cuando su voz
reta en duelo
al mismo canto
de los ángeles,
y gana.
Cuando su voz
irrumpe en mis oídos
se genera en mi alma
una explosión
que el Big Bang
querría haber logrado
en resultado:
la destrucción completa
de convicciones humanas,
la desnudez
en cuerpo
espíritu
y mirada,
una zancadilla
a las certezas
que culmina
en versos ahorcados
en su propia tinta
y el renacer
tímido
de sentimientos lapidados.
Y yo,
pierdo la partida
y me dejo explotar.

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