Hay.

Hay personas con sentimientos
y otras que deberían llamarse
Olvido-express.
Hay fiestas de disfraces
en las que las máscaras
son permanentes.
Hay cuervos en la noche
que amenazan con arrancar miradas.
Hay estrellas que se esconden
entre los árboles
y lo dejan todo a oscuras.
Hay grietas en las paredes
por las que se cuelan los recuerdos
y pintan los muros de color negro.
Hay marionetas
con hilos invisibles
que recrean cuentos para dormir
en tardes secas.
Hay lluvias que atraviesan paraguas
y los lanzan lejos
dejándolos a merced del viento.
Hay abrigos que escapan de armarios
y se deshacen en madrugadas
invadiendo las calles
con telas de soledad y olvido.
Hay personas que son solo cáscaras
y todo dientes,
que dan mordiscos y dejan huella,
que cantan a voces y explotan pulmones,
que abandonan balcones
y tiran piedras a las ventanas
intentando cautivar manos
que desean huir
de nocivos toques
con apariencia inocente.
Los hay feroces con sonrisas dulces,
los hay que dejan desangrar corazones
en aceras
junto a versos asesinados
y poemas como este,
y los hay que persiguen en sueños.
Los hay
hasta que alzamos la pluma
y los ahogamos en tinta.