sábado, 17 de agosto de 2013

Jugador.

Noches en vela
buscándole colores a las sombras.
Tangos
que se cuelan
a rastras
entre las piernas.
Reina de corazones
que nunca pierde una partida.
Haz de luz
que se hunde entre los dedos.
Siempre fuiste oscuro
hasta en mis sueños.
Siempre tan escurridizo
y retorcido
como una guirnalda
de esas que cuelgan de los balcones
en días de nieve.
Luchador profesional
de batallas contra los amaneceres.
Triunfador
en lo que a apostar atardeceres
se refiere.
Con tus cartas marcadas
mirabas las ranuras de la gente
y las bailabas en tus nudillos
mientras se mareaban
al beber la absenta de tus labios.
Rayas negras
que atraviesan tus ojos.
Siempre llevaste
un chaleco antibalas
por si se te cruzaba alguna
con la pistola cargada.
Pero no pudiste resistirte
ante otra jugadora nata.
Apostemos,
pues,
¿cuál será el primero en perder?

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