martes, 27 de agosto de 2013

Efímero

Demasiadas estrellas
fugaces
encerradas en espejos
oblicuos.
Pistilos con uñas
que agrietan el cristal
para mojarse los dedos
con rayos de carga
hiperactiva.
El reflejo del caos
es más efímero
que la existencia de una libreta.
Entre líneas
leen batallas pasadas
contra el viento
y pecados capitales
a coleccionar.
Mueren las sombras
antes que sus amos
y los latigos cuelgan ahora
de las paredes.
Ondeantes.
El polvo danza música de ritual
sobre bombillas
de marcos de madera.
La carne de prende
y el suelo se abre
en dos.
A un lado,
carcelero.
Al otro,
preso.
Vagan ambos por el olvido
llorando espejos raídos
en lo cometa
de las imágenes.
Las fotografías
permanecerán
en blanco.
El negro
ya lo llevan encima.

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