jueves, 8 de agosto de 2013

La Luna

La Luna es un paraguas
bajo el cual podremos bailar
todas las noches que queramos despertar
de esta vida que nos ata al suelo
y no nos da tregua para respirar.
Una noche que llueve
en la que las gotas salpican nuestras caras,
mojándolas por completo
y devólviendolas al mundo de los soñadores
que trazan con sus manos
una realidad de mil colores.
Caleidoscopio que atraviesa el hastío
y lo hace volar en mil pedazos,
dejando trozos inertes
desperdigados por la arena de nuestros miedos.
Ella nos observa desde arriba,
redonda,
blanca,
pura,
y espera,
cruzando los dedos,
que los besos conquisten
por encima de las camas
y a ras del tiempo,
en una noche pletórica
en la que ella esté soñando
dulces fantasías en las que,
llenas de secretos a media voz,
tú y yo nos encontremos
en mitad del camino
entre nuestras cinturas.

Y la Luna sigue ahí arriba,
agarrada por hilos que la mecen
todas las noches que queramos
verla sonreír,
mirándonos a los ojos,
dentro de nuestros pechos,
y deseando que despleguemos las alas
para perdernos por su cielo.

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