Naturaleza es negra

Hay personas que lloran por un desamor.
Hay personas que lloran por la muerte de otras personas.
Hay personas que lloran de felicidad.
Hay personas que lloran para desahogarse.
Hay personas que lloran por otras personas
y/o
por sí mismas.
Pero no hay personas que lloren por un animal.
Ni hay personas,
tampoco,
que hablen con ellos.
No hay personas que los ayuden,
ni gente que los entienda,
porque un idioma frena
y aún más cuando el otro es mudo
y no puede utilizar su lengua
para expresar lo que siente.
Hay animales que gimen.
Hay animales que lloran.
Hay animales que chillan de temor.
Hay animales que escupen sangre
de sus bocas,
las cuales una vez fueron alimentadas
por los mismos hombres
que las sentenciaron.
Una lengua que no funciona,
condena.
Ninguno se libra de su castigo
por haber nacido menos animal
y más humano
que muchos seres que dicen ser hombres
cuando son todo lo contrario.
No hay antis ni contras,
ni a favor ni fans.
Solo hay gente que mata y viola
las leyes de Madre Naturaleza,
rompiéndolas en mil pedazos
y escupiendo luego sobre los escombros.
Únicamemte hay jerarquía de intereses,
dinero,
fama,
prestigio
y sed de sangre.
Pulsaciones vanas que habitan en corazones pobres.
Pobres de amor hacia la Tierra,
los otros
y uno mismo,
porque el prójimo no anda
siempre
a dos patas,
ni habla con frecuencia,
ni escribe,
ni canta,
ni mata por placer.
El prójimo es un todo,
un concepto que aúna hombres,
plantas
y animales.
El error es del hombre,
que cree saber hasta lo desconocido,
y que por ello
discrimina,
asesina
y disfruta contemplando la vida caer
bajo sus pies,
sintiéndose luego orgulloso
de su crimen.
Una puñalada en la espalda
sufre Naturaleza
con cada hijo perdido,
por todos los que sonríen ante la miseria
de unas manos llenas de culpa
y honrada por otros
que lo vitorean,
que lo aplauden,
que lo admiran.
Naturaleza es negra,
pues está de luto
por el fallecimiento de sus entrañas,
de su vida
y de su esperanza,
debido a que dio a luz a hombres
que se matan entre ellos
y que son más salvajes
que aquellos
que no tienen el don de la palabra.